"Aló... cómo estás?, te extraño..."
Hablas con tu pololo por celular y no puedo evitar escucharte. Son las diez de la noche y viajamos juntos arriba de un transantiago por plena Alameda. Me parece increíble que después de un año estemos aquí de nuevo, aunque sólo sea para conversar. Pensé que Santiago me aislaría del sur, pero aquí estás otra vez.
"Sueña conmigo, ya?..."
Aunque sólo son dos minutos de conversación, parece que Osorno estuviera ahí al lado. Miro por la ventana y me dan ganas de detener la micro, dejarte aquí sola y correr hasta caer muerto. Sobre todo cuando escuchó esas mismas frases que tantas veces me dijiste.
"No, no tienes nada de que preocuparte..."
La micro parace no avanzar. Todos los semáforos son de color rojo y tu sigues pegada al celular. No sé que hago arriba de esta micro. Debí haberme quedado en el departamento.
"Chao mi amor, que duermas bien, ya vamos llegando..."
El pub está repleto. Ya no tengo ganas de nada. igual bailamos, conversamos y reimos como antes. Igual las horas pasan lento. Me voy. Me canso. No puedo. Son las cinco de la mañana y hace rato que no aparece ninguna micro. Nunca aparecen cuando uno las necesita.
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