viernes, 20 de julio de 2012
En el Nacional me despedí del más grande
Canales y el “Pipa” Estévez intentan hacer algo y acercarse a Paulo Gárces. Gary Medel atrás es una fiera, un verdadero Pitbull y las saca todas. El Milo busca conectarse con “Lucho Pato” pero no pasa nada.
Hace frío en el Estadio Nacional y la UC y la Unión Española siguen empatando a cero. Me tomó mi café y mi sanguchito de jamón palta. Vine solo. Nadie en la pega quiso venir. “Si no juega el Colo yo no voy, para ir a ver equipos sin corazón mejor veo las noticias”, dijo uno de los compañeros de la oficina.
De repente suena el celular y todo cambia. “Profesor… murió el más grande de todos”, me dice César. Silencio. El estadio enmudece o eso me parece. No me cabe ninguna duda. Se fue Michael Jackson. No lo puedo creer. Se fue el más grande de todos.
Pienso en cómo murió. Qué fue lo que le pasó. ¿Fue un accidente? ¿Lo mataron? No tengo como averiguarlo ahora. Me da lo mismo que Jorge Ormeño se le perdiera solo o la patada voladora de Braulio Leal.
Sacó mi celular y buscó “You rock my world” el tema del último disco de Michael Jackson con el que ando pegado desde hace días. Lo escuchó en silencio. Es una despedida.
Siento que se va un fenómeno. Siento que en 50 años más vamos a tener que seguir esperando que aparezca otra leyenda que se le parezca.
La UC y la Unión Española empataron a cero. Mejor. No hay ánimos de celebrar nada.
martes, 17 de julio de 2012
Psicopateando a Daniela Aleuy
“Hola. Ahora sí puedo firmarte el disco”, me dice Daniela Aleuy acercándose a la barra del Bar La Perrera donde yo termino mi cerveza.
Me doy vuelta, la miro y me sonríe. Encuentro que de cerca parece más frágil y tierna que verla en el escenario. “¿Cuándo fue la última vez que viniste a Temuco?, ¿Te acuerdas?”; le pregunto. Me dice que en el 2001.
“Viniste al Hotel La Frontera. Yo estuve ahí. Te trajo Radio Romántica. Saliste con un vestido rojo. Te veías increíble. Fuimos con tres amigos más. Uno de ellos estaba loco por ti. Hablaba todo el día de ti”, le cuento.
Daniela Aleuy abre los ojos. Empieza a preocuparse. Al parecer la llama la atención tanto detalle de algo que pasó hace mil años. “Le avise a mi amigo que te adora, pero vive en Angol y no alcanzaba a llegar”.
Pienso que Daniela Aleuy cree que ese ‘amigo’ casi psicópata soy yo mismo. Su cara es de “a qué hora este loco saca el cuchillo que tiene oculto en la casaca”.
Le digo que la sigo desde hace años. Que tengo sus dos discos y que sólo me falta este que me acaba de autografiar. Omito decirle con que sueño que me cante alguna canción al oído o que alguna ex me haya escrito una canción como las que ella compone.
Me cuenta que Julio Osses (autor del libro “Exijo ser un héroe”, la biografía autorizada de Los Prisioneros) le ayudó a componer algunos temas de su segundo disco. “¿¿Julio Osses, el periodista??”. “Si, el mismo. Escribe bastante bien fíjate”.
“Me gusta Santiago. Viví tres años allá. Me gusta porque siento que todo lo bueno pasa allá. Todos los artistas están allá. Por eso es bueno que vengas a regiones”, le digo. “A mí no me gusta mucho Santiago por lo mismo. Prefiero salir”, me dice.
Daniela Aleuy me firma el disco. “Gracias por el interés. Dale saludos a tu amigo de Angol. Cuéntale que estuviste hablando conmigo”, dice a modo de despedida. Gracias por no llamar a la PDI, pienso.
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martes, 10 de julio de 2012
Mi encuentro personal con Fuguet en Valdivia
2003. Vine con la Paula al Festival de Cine de Valdivia. He visto películas como nunca. Caminamos por el centro. A lo lejos veo a Alberto Fuguet cruzar por la plaza. “Anda, es ahora o nunca”, me dice la Paula. Me cuesta, pero voy. “Alberto. Hola. Tienes un minutito”, le digo.
Le digo que leo y escribo gracias a él y a “Mala Onda”. Le digo que alucino con escribir un libro algún día. El actor Juan Pablo Ugalde lo llama desde la calle. “Espera un poco, estoy conversando”, le dice Fuguet a Ugalde y seguimos conversando. “Espero que no te de lata todo esto que te estoy diciendo”, le digo. “Para nada, cómo me va a dar lata. Me has dicho puras cosas buenas”.
Pasan varios minutos y Alberto Fuguet me da algunos consejos para mis ganas de escribir. La Paula atenta al lado mío escribe cada uno de esos consejos. Algunos los he aplicado en la vida. Otros esperan. Por lo menos hasta ahora sigo haciendo patria en el sur.
- Leer, leer, leer mucho
- No tratar de imitar a los grandes escritores. Buscar un estilo propio.
- Una historia sobre Temuco puede ser tan interesante como en Santiago, Paris o cualquier lugar.
- Jugársela por lo que uno cree que vale la pena, sea lo que sea.
- Hacer talleres literarios, pero no abusar de ellos.
- Atreverse a contar historias personales.
- Participar en el máximo de concursos literario. Ayuda a mejorar.
- No cometer el error de irse a Santiago. Hacer patria acá en el sur.
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Temuco, Región de la Araucanía, Chile
lunes, 9 de julio de 2012
Las etapas de Fuguet
“Si hay algo que tengo claro es que la vida está formada por una serie de etapas: unas planeadas, otras negadas, otras fortuitas, pero etapas al fin y al cabo.
Y en la medida que uno las vive a conciencia, aprovechando lo mejor que estas te brindan, uno no tiene por qué arrepentirse ni avergonzarse.
Las etapas, además, tienen una gran ventaja: inexorablemente legan a su fin, dejando un vacío pero también una oportunidad para que otra, ojala mejor, la reemplace”.
Alberto Fuguet
Introducción. La Azarosa y Sobreexpuesta vida de Enriquie Alekan. Agosto de 1990
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